sábado, 30 de diciembre de 2006

Marcha de protesta en contra de condominios












Por Jesús Ibarra
Atención San Miguel
22 de diciembre 2006

Los trabajos de construcción del controvertido edificio de condominios El Caracol, fueron suspendidos temporalmente por las autoridades municipales desde el pasado viernes 15 de diciembre, según anunció Ángel Gastélum, director de Desarrollo Urbano, el pasado lunes 18 de diciembre.

Los trabajos fueron suspendidos después de la presión ejercida por algunos ciudadanos que convocaron a una junta el pasado viernes 15 de diciembre y a una manifestación el lunes 18.

“Los trabajos se suspendieron hasta que presenten otro proyecto con una fachada que vaya de acuerdo con el estilo colonial de San Miguel”, dijo Gastélum. “También quiero aclarar mi comentario publicado en la pasada edición de Atención (15 de diciembre). Al decir que personalmente no hubiera autorizado un edifico de este tipo, me refería exclusivamente a la fachada”.

La junta

La junta, a la que asistieron menos de 100 personas, fue encabezada por César Arias, director de El Charco del Ingenio, Francisco Vidargas, director de Bellas Artes, y la arquitecta Olga Adriana Hernández.

Tanto los mexicanos como los extranjeros asistentes expresaron su desaprobación por el crecimiento y modernización inmoderados de San Miguel. Los organizadores de la junta expresaron que no es su intención provocar una confrontación con las autoridades sino que buscan el diálogo, considerando la preservación del estilo colonial de San Miguel y el patrimonio cultural como una prioridad. Se acordó firmar una petición a las autoridades pidiendo la solución de problemas como el tráfico en el centro, que incluye los autobuses del transporte público demasiado grandes y el insuficiente estacionamiento, y controlar el crecimiento de la ciudad dejando de otorgar licencias de construcción a altos y modernos edificios y centros comerciales. La junta terminó con la decisión de convocar a una manifestación en protesta por los condominios El Caracol, el lunes 18 de diciembre, a las 10am, partiendo del jardín y terminando en los condominios.

La manifestación
Alrededor de 60 manifestantes, mexicanos y extranjeros, se reunieron en el Jardín el lunes 18 de diciembre. Con letreros en donde se leía “Alto a la destrucción de San Miguel” o “Salvemos a San Miguel”, los manifestantes pedían revocar la licencia de construcción.

Llamando a todos los que observaban la marcha a unirse a ellos, el grupo marchó por la Ancha de San Antonio, obstruyendo el tráfico.

Aunque el director de Desarrollo Urbano había anunciado la suspensión del proyecto, algunos manifestantes insistían que seguían trabajando en los condominios. Por su parte, Eduardo Angulo, director comercial de Casas San Miguelito, la constructora encargada del proyecto, indicó que los trabajos se habían detenido y los trabajadores sólo recogían herramienta y maquinaria.

En el sitio de la construcción, los manifestantes fueron recibidos por Angulo y aproximadamente 40 de los 108 trabajadores, quienes expresaron su consternación por la pérdida de su trabajo estando tan próxima la Navidad. “¿Qué haremos ahora para la cena de Navidad?, expresó uno de los consternados trabajadores.

Los manifestantes colocaron sus letreros en los castillos y varillas de la construcción mientras gritaban “¡No queremos edificios modernos!” y “¡Alto a la destrucción de San Miguel!”







1 comentario:

Anónimo dijo...

La nota periodística de Jesús Ibarra presenta algunas imprecisiones y calificativos que podrían mal interpretar los objetivos y planteamientos hechos el lunes 18 de diciembre por los asistentes a la marcha .

Por ejemplo, no es lo mismo decir “ alrededor de 100 personas” que “menos de 100 personas”, consignar la opinión de un trabajador “consternado” que, además, la del habitante de esa zona “angustiado”, la de otro vecino “enojado” y la de varios manifestantes para intentar proporcionar una visión general del problema, y que si fueron cubiertos por la televisión y otros medios impresos. En todo caso, no se trata de 100 contra 1 o de 50 contra todos.

En la junta del viernes 15, no se acordó la firma de una petición a las autoridades para la solución de los problemas que menciona Jesús, pues de hecho esa carta se entregó en propia mano al Presidente municipal desde finales de noviembre. Lo que se acordó fue firmar y conseguir firmas para una carta dirigida a la PROFEPA, que se leyó en la reunión, y que después de varios días se envió a dicha dependencia federal, cuyo trámite está en proceso bajo el número T303.

En el sitio de la construcción, no solo esperaban el señor Angulo y 40 trabajadores, sino que estaban otros funcionarios de la constructora, un ex presidente municipal que tomaba fotos, varios manifestantes más incluido un grupo de vecinos, de la parte de debajo de la construcción, que están siendo afectados con la obra.

Creo que confunde el rechazo a la construcción de dos torres de 7 pisos, en una zona federal, donde corre un arroyo de temporal, con el rechazo a lo que él llama que no nosotros, a un “edificio moderno”. La modernidad no tiene que ver con lo que discutimos, pues sería caer justamente en la trampa de la autoridad que dice que ya se va a modificar la fachada del edificio y con eso queda arreglado el problema. Los manifestantes expresamos nuestra preocupación por la construcción fuera de la ley. Criticamos no a los constructores sino a la autoridad que cambia usos de suelo, que da factibilidades de agua donde no la hay, que autoriza alturas por arriba de los reglamentos, y que, en todo caso, su falta de transparencia, provoca que se esté construyendo sin control en varias partes de la ciudad.
Si los permisos de dicha construcción están todos en orden, como comenta el señor Araiza, porque la autoridad no los ha hecho públicos, o los constructores lo exhiben al público en el lugar. Hay al menos una solicitud hecha a la autoridad en la que respondió que está en proceso.